Científicos suecos han descubierto que los tintes para el cabello, en los frascos en los que se indica el etiquetado "tinción persistente", tienen un alto nivel de carcinogenicidad. Esta conclusión fue posible gracias al análisis de sangre de los peluqueros, donde se detectó un alto nivel de carcinógenos. Las aminas aromáticas, que forman parte de las pinturas, entran en interacción química con los colorantes oxidativos, lo que conduce al desarrollo de enfermedades oncológicas. A pesar de que la UE ha prohibido oficialmente el uso de estos compuestos, esto no afecta de ninguna manera a los peluqueros.
Los análisis mostraron que la sangre de los peluqueros contiene varios compuestos de hemalobina, que son formas de mostrar los efectos de la exposición a los carcinógenos. Resultó que la interacción constante con la pintura aumenta los niveles sanguíneos de meta-toluidina y o-toluidina perjudiciales para la salud humana.
